¡Claro que sí! ¿Y por qué no deberíamos trabajarlos?
Pienso que es un buen recurso de aula para relatar nuestra temática laboral. En efecto, el componer estos pequeños textos, normales o rimados, en los que las letras iniciales, medias o finales de cada verso u oración, leídas en sentido vertical, dan sentido a una nueva palabra o frase, es una forma diferente y amena de narrar.
Así que lo he vuelto a hacer, no me he podido resistir y nuevamente he predicado con el ejemplo, pero esta vez realizando un acróstico, mi primer acróstico y de contenido laboral.
La siguiente imagen nos lo muestra. En él he optado por utilizar la lectura en sentido vertical de las iniciales letras de cada frase del texto. Así, si leemos dichas letras rojizas, comprobamos que las mismas forman la palabra EMPATÍA, a la vez que si repasamos detenidamente el contenido del texto, vemos que en él se reproduce su definición.
Y como ya lo sabéis, desde aquí vuelvo a aprovechar y os animo a que utilicéis puntualmente estas píldoras educativas en vuestras aulas, pues como acabamos de ver nuevamente, de ellas no pueden salir otras cosas, más que resultados positivos.
Espero que os sirva todo lo dicho hasta aquí, y como ya viene siendo costumbre, nos seguimos viendo relatando las #EduNarraLab, no sin antes compartir con vosotros mi última evidencia narrada, titulada; 'Empatía - Acróstico' ;-):
Fuente: Inma Aparici Sancho
